Para poder entender la religión en la época renacenista, es preciso echar un pequeño vistazo al perídodo anterior, llamado Edad Media. En esta etapa Dios era el centro de todo. La vida sólo se veía como una cierta preparación para la muerte.
Los novísimos (cielo, infierno, purgatorio, muerte) estaban en las bocas de muchas personas. Las tragedias como pestes, etc, obligaban en cierta manera a que los hombres de esa época alzaran su vista hacia los valores espirituales.
En el Renacimiento las cosas fueron diferentes. El amor extremo a la belleza, a la vida terrena (de ahí el famoso carpe diem), y a la naturaleza alcanzaron su máximo esplendor. No se olvidaron de Dios, más bien pusieron en su centro al hombre, dando lugar al antropocentrismo. Se produce un proceso de secularización, tanto en el pensamiento como en su actitud ante el mundo, lo que no implicó la irreligiosidad o el ateísmo, que son fenómenos raros en el Renacimiento.
En pocas palabras:
- La vida antigua fue Cosmocéntrica
- La vida medieval fue Teocéntrica
- La vida moderna fue Antropocéntrica
A partir del Renacimiento, la autoridad espiritual de la Iglesia, que por mil años había sido la depositaria de la visión cristiana en Occidente, fue declinando cada vez más en un crescendo de eventos epocales: la cultura del humanismo invierte la imagen que el cristianismo medieval había construido del hombre, la naturaleza y la historia; luego la Reforma protestante divide a los cristianos de Europa; en el Seiscientos y sobre todo en el Setecientos, las filosofías racionalistas, que se habían difundido entre las clases cultas, ponen en discusión la esencia misma del cristianismo.
En el Ochocientos, las ideologías liberales o socialistas de trasfondo científico, que se desarrollaron paralelamente a la expansión de la revolución industrial, conquistan el rol de guía en la organización de la sociedad y en la definición de sus fines e ideales que hasta ese entonces había desempeñado la religión, dejándole a ésta un rol marginal. Finalmente, en este siglo, la rápida difusión del ateísmo, que se transformó rápidamente en un fenómeno de masas, atropelló un poco la religión católica.
Que la religión haya tenido un poco de problemas dada la nueva visión del mundo, no quiere decir que fue relegada totalmente. El arte, la pintura y la escultura por mencionar algunos, si bien tienen una connotación antropocéntrica, también la tienen Teocéntrica.
Me llama mucho la atención un simple hecho y con este concluyo. El antropocentrismo del renacimiento ayudó a comprender un poco más la figura humana de Jesucristo y de María. Para muestra la Pietá de Miguel Ángel.
Si en otros artistas y genios de la época, considerados casi como nobles por los mismos nobles, se veía la serenidad, la paz y la humanidad, ¿por qué no así en estos dos personajes de la historia que le dieron un vuelco a la misma? En la obra del escultor italiano se puede ver el sufrimiento en su máximo esplendor, pero a la vez un cierto deje de humildad al aceptar el dolor de ver a un hijo partir de esa manera. También se observa algo clásico del renacimiento: la realidad al plasmar el cuerpo humano. Gracias a esta época se conoció más, en cierta manera, toda la anatomía humana que se ve en la obra del italiano Miguel Ángel: el rostro tanto de la virgen como de Jesús, las manos puntiagudas, los pómulos de Jesús hinchados por los golpes, los huesos de la columna del Cristo al estar en posición casi fetal en los brazos de la Madonna, los ojos de la madre del condenado que, aun estando fríos y casi sin vida, hacen ver al cristiano el verdadero significado del abandono total a la voluntad de Dios.
Sí. El renacimiento fue una época en la que el hombre dejó de mirar a Dios para verse a sí mismo, pero se le olvidó que Dios también fue hombre, y que gracias a esa período, al estar contemplando las bellezas humanas, estaba contemplando, sin querer, toda la belleza de Dios hecho hombre.
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